Riesgos en la industria farmacéutica y las medidas que debes tomar
Los farmacéuticos que trabajan en laboratorios se exponen a mayores riesgos que los que lo hacen en una oficina de farmacia a pie de calle. Manipulan sustancias toxicológicas constantemente y están en contacto con agentes biológicos o manejan residuos de laboratorio de forma habitual. Sin embargo, a todos los farmacéuticos, independientemente del ámbito donde trabajen (industrial, hospitalario o de oficina de farmacia) se les encarga elaborar fórmulas magistrales y preparados.
Medidas de higiene contra la contaminación en las salas de preparación
Hay medidas básicas que no puedes pasar por alto cuando elabores fórmulas y preparados. Aunque puedan parecer muy obvias, comer, fumar o mascar chicle es una práctica que debes evitar en los locales de preparación.
En cuanto a los materiales y muebles que no deben faltar cuando prepares una fórmula magistral se encuentran: los guardarropas; almacenaje apropiado para productos sensibles de contaminar o ser contaminados; mesas de superficie lisa, impermeable y fácil de desinfectar… Además, debes tener especial cuidado con los agentes químicos, usando herramientas aislantes como mezcladores, guantes, batas y demás equipos de protección individual (EPIs). Por supuesto, tanto tu farmacia como tu sala de preparados deben disponer de una buena ventilación.
Manipulación de medicamentos peligrosos
En algunos casos, elaborar fórmulas magistrales o preparados implica manipular medicamentos peligrosos. Los medicamentos peligrosos deben estar correctamente identificados durante toda su cadena de gestión, desde que se recibe y se desempaqueta hasta que se prepara o administra. Pero, ¿qué convierte a un medicamento en peligroso?
Carcinogenicidad: capacidad que presenta un determinado agente de inducir cáncer en hombre y animales.
Teratogenicidad: sustancia susceptible de producir malformaciones en el desarrollo o defectos congénitos.
Genotoxicidad: causar daños en el material genético.
Toxicidad reproductiva
Toxicidad en órganos a bajas dosis
El uso de equipos de protección individual (EPIs)
Guantes, batas, mascarillas… Los equipos de protección individual son un instrumento de trabajo fundamental en el sector farmacéutico a la hora de trabajar con material contaminante o sustancias peligrosas. En este sentido, existen recomendaciones estándar sobre el uso de EPIs, aunque habrá especificaciones concretas según el centro farmacéutico. No obstante, en líneas generales, las normas mínimas están establecidas por el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales y son las siguientes:
1. Guantes
En caso de posible contacto con un medicamento peligroso, deben sustituirse inmediatamente, porque suele desconocerse la capacidad de permeación del medicamento.
2. Bata
Si trabajas en laboratorio, la bata debe tener las siguientes características:
Abertura trasera
Puños elásticos
Impermeable en zona delantera y mangas.
Si existe el más mínimo riesgo de contaminación química, debe cambiarse de inmediato.
3. Mascarillas
Debe utilizarse protección respiratoria en situaciones de exposición a sustancias tóxicas, gérmenes y demás elementos biológicos. En cuanto a los tipos, se encuentran las mascarillas quirúrgicas y las mascarillas autofiltrantes tipo FFP3 (estas últimas protegen frente a aerosoles de elementos citostáticos).
4. Protección ocular
En el ámbito del laboratorio, la protección ocular conlleva el uso de gafas de montura integral panorámica.
5. Protección física integral
Este tipo de protección está dirigida fundamentalmente a plantillas de laboratorio y farmacéuticos industriales y se refiere a las cabinas de seguridad biológica (CBS).
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