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Estrategias laborales para los psicólogos principiantes


Psicólogos principiantes

Empezar a trabajar con pacientes en una consulta de psicología es una experiencia ilusionante, pero también llegar a ser abrumadora por todas aquellas experiencias nuevas. Desde el trato con pacientes que llegan a ti para ser guiados y mejorar su salud mental, hasta dificultades más administrativas como la renta de un piso, adecuar tu consultorio y llenar papeleos legales.


Para que esto no ocurra, te damos 8 estrategias laborales pensadas para los psicólogos principiantes que buscan una manera de empezar en este apasionante ámbito profesional.


Estrategias laborales para los psicólogos principiantes


1. Enfócate en lo que dominas más


Focaliza tus esfuerzos en tratar esos problemas en los que se ha centrado tu formación, y en los temas que a lo largo de tu carrera mejor te has desempeñado.


Especializarnos en estos “nichos” nos permitirá ir construyendo el resto de nuestras futuras competencias.


2. No te compares ni idealices un modelo psicológico


Una vez termine tu formación académica, necesitas comenzar a generar experiencia haciendo que la práctica profesional añada calidad al servicio que damos. Es un proceso de crecimiento constante en el que nunca hay un final. Recuerda que el comportamiento humano es demasiado complejo como para que una sola persona lo comprenda en su totalidad, mucho menos existe un modelo exacto para todos los problemas que englobaran tus pacientes.


3. Trabaja tu manera de generar confianza


El control de los espacios personales es muy importante para crear una relación terapéutica en la que los pacientes se sientan seguros.


Si estamos nerviosos, es posible que usemos un lenguaje no verbal que muestre una actitud defensiva y retraída, como por ejemplo cruzando los brazos, manteniendo demasiada distancia con el otro, o incluso poniendo las manos en los bolsillos. Hay que evitar esto y encontrar un equilibrio entre la profesionalidad y la proximidad. Recuerda seguir las pautas de la escucha activa y asertividad. Tampoco olvides que el lugar de trabajo influye en cómo te ven tus pacientes y como te manejas, mantén un lugar que sea como para ti y hospitalario para tus pacientes.


4. “Tu trabajo tiene un valor”


La psicología es un ámbito de trabajo extremadamente vocacional, así que es frecuente que aparezca el deseo a ofrecer nuestros servicios de manera gratuita.


Sin embargo, hay que tener en cuenta que, aunque ocasionalmente puedas hacerlo gratis, el trabajo que estás realizando tiene un valor, dado que si lo puedes realizar ha sido gracias al esfuerzo y el dinero invertido en la formación.


5. Tu trabajo no es dar consejos


Tener esto muy claro es fundamental. Recuerda que se requiere de una metodología, conocimiento y aprendizaje constante, por lo que nunca debes desvalorar tu profesión.


6. Prevé posibles situaciones de conflicto y sus consecuencias


A lo largo de tu formación como psicólogo te enfrentaras a diferentes tipos de pacientes y personalidades, y algunos adoptaran una actitud defensiva, por lo que es de suma importancia que aprendas a manejar con esta situación.


En estos casos, hay dos opciones posibles: o se toma esto como un fenómeno inherente a lo que está ocurriendo a la terapia y a los problemas de la persona que emergen en él, de modo que se puede reconducir la situación, o se toma como un hecho que va más allá del marco terapéutico y que merece la cancelación de la sesión o incluso de la relación terapéutica, en caso de que se considere un atentado claro hacia la propia dignidad.


Para no reaccionar de manera improvisada e inconsistente, es bueno prever esta clase de escenario y delimitar ciertas normas que no deben ser violadas para que las sesiones con una persona sigan su curso.


7. Entrénate para evitar preguntas sesgadas


Es muy importante aprender a no realizar preguntas sesgadas que ya lleven implícita la respuesta, porque de este modo la persona que acude a la consulta no podrá expresarse libremente. Un ejemplo claro de esto es algo del estilo: “¿Prefieres ignorar los problemas de tu padre para no salir de tu zona de confort, o crees que sería bueno ayudarle?”. En estos casos, hay que procurar que no sea muy aparente cuál sería la respuesta que desearíamos oír.


8. Ante todo, recuerda que somos humanos


Lo que ocurre en el contexto de la consulta no sucede al margen del mundo real, por mucho que tenga unas normas propias. Es por eso que no hay que tomarse estas situaciones como una simulación; un cierto distanciamiento terapéutico es necesario para no tratar a la otra persona tal y como lo haríamos con un amigo o amiga, ni para tomarse como algo personal los posibles ataques; sin embargo, más allá de eso, es importante no dejar de empatizar en ningún momento.




 

Fuente; https://bit.ly/2RppwUh

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